jueves, 16 de junio de 2011

Proemio al Decameron de Boccaccio

Chicos de 4°: les dejo el prólogo al libro de Giovanni Boccaccio, Decamerón.

El Decamerón (Decameron, en italiano) es un libro constituido por cien cuentos, algunos de ellos novelas cortas, terminado por Giovanni Boccaccio en 1351, alrededor de tres temas: el amor, la inteligencia humana y la fortuna.
Para engarzar estas cien historias, Boccaccio estableció un marco de referencia narrativo. La obra comienza con una descripción de la peste bubónica (la epidemia de peste negra que golpeó a Florencia en 1348), lo que da motivo a que un grupo de diez jóvenes, siete mujeres y tres hombres que huyen de la plaga, se refugien en una villa en las afueras de Florencia.
Con el fin de entretenerse, cada miembro del grupo cuenta una historia por cada una de las diez noches que pasan en la villa, lo que da nombre en griego al libro: δέκα déka 'diez' y ἡμέραι hēmérai 'días'. Además, cada uno de los diez personajes se nombra jefe del grupo cada uno de los diez días alternadamente. Cada día, a excepción del primero y noveno en que los cuentos son de tema libre, uno de los jóvenes es nombrado «rey» y decide el tema sobre el que versarán los cuentos.


  Trabajito: Leer la descripción que realiza Boccaccio de la peste y seleccionar las frases que consideres mejor logradas para transmitir el horror. Colocarlas como comentario a esta entrada. Gracias.

17 comentarios:

  1. Encarnación del Hijo de Dios llegado al número de mil trescientos cuarenta y ocho cuando a la egregia ciudad de Florencia, nobilísima entre todas las otras ciudades de Italia, llegó la mortífera peste que o por obra de los cuerpos superiores o por nuestras acciones inicuas fue enviada sobre los mortales por la justa ira de Dios para nuestra corrección que había comenzado algunos años antes en las partes orientales privándolas de gran cantidad de vivientes, y, continuándose sin descanso de un lugar en otro, se había extendido miserablemente a Occidente

    no era como en Oriente, donde a quien salía sangre de la nariz le era manifiesto signo de muerte inevitable, sino que en su comienzo nacían a los varones y a las hembras semejantemente en las ingles o bajo las axilas, ciertas hinchazones que algunas crecían hasta el tamaño de una manzana y otras de un huevo, y algunas más y algunas menos, que eran llamadas bubas por el pueblo

    la pestilencia narrada que no solamente pasaba del hombre al hombre, sino lo que es mucho más (e hizo visiblemente otras muchas veces): que las cosas que habían sido del hombre, no solamente lo contaminaban con la enfermedad sino que en brevísimo espacio lo mataban

    Y muchas veces sucedió que, andando dos curas con una cruz a por alguno, se pusieron tres o cuatro ataúdes, llevados por acarreadores, detrás de ella; y donde los curas creían tener un muerto para sepultar, tenían seis u ocho, o tal vez más.

    . Por lo que los bueyes, los asnos, las ovejas, las cabras, los cerdos, los pollos y hasta los mismos perros fidelísimos al hombre, sucedió que fueron expulsados de las propias casas y por los campos, donde las cosechas estaban abandonadas, sin ser no ya recogidas sino ni siquiera segadas, iban como más les placía; y muchos, como racionales, después que habían pastado bien durante el día, por la noche se volvían saciados a sus casas sin ninguna guía de pastor.

    Qué más puede decirse, dejando el campo y volviendo a la ciudad, sino que tanta y tal fue la crueldad del cielo, y tal vez en parte la de los hombres, que entre la fuerza de la pestífera enfermedad y por ser muchos enfermos mal servidos o abandonados en su necesidad por el miedo que tenían los sanos, a más de cien mil criaturas humanas, entre marzo y el julio siguiente, se tiene por cierto que dentro de los muros de Florencia les fue arrebatada la vida, que tal vez antes del accidente mortífero no se habría estimado haber dentro tantas? ¡Oh cuántos grandes palacios, cuántas bellas casas, cuántas nobles moradas llenas por dentro de gentes, de señores y de damas, quedaron vacías hasta del menor infante! ¡Oh cuántos memorables linajes, cuántas amplísimas herencias, cuántas famosas riquezas se vieron quedar sin sucesor legítimo! ¡Cuántos valerosos hombres, cuántas hermosas mujeres, cuántos jóvenes gallardos a quienes no otros que Galeno, Hipócrates o Esculapio hubiesen juzgado sanísimos, desayunaron con sus parientes, compañeros y amigos, y llegada la tarde cenaron con sus antepasados en el otro mundo!

    holaa profe!!!soy marce le dejo lo que nos pidio besitos

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  2. Y bastantes acababan en la vía pública, de día o de noche; y muchos, si morían en sus casas, antes con el hedor corrompido de sus cuerpos que de otra manera, hacían sentir a los vecinos que estaban muertos; y entre éstos y los otros que por toda parte morían, una muchedumbre

    ¿Qué más puede decirse, dejando el campo y volviendo a la ciudad, sino que tanta y tal fue la crueldad del cielo, y tal vez en parte la de los hombres, que entre la fuerza de la pestífera enfermedad y por ser muchos enfermos mal servidos o abandonados en su necesidad por el miedo que tenían los sanos, a más de cien mil criaturas humanas, entre marzo y el julio siguiente, se tiene por cierto que dentro de los muros de Florencia les fue arrebatada la vida, que tal vez antes del accidente mortífero no se habría estimado haber dentro tantas?

    De lo cual mis ojos, como he dicho hace poco, fueron entre otras cosas testigos un día porque, estando los despojos de un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes, un momento más tarde, tras algunas contorsiones y como si hubieran tomado veneno, ambos a dos cayeron muertos en tierra sobre los maltratados despojos


    Tibor M. Takacs

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  3. Decameron de Boccaccio
    Se refiere a la peste como un "doloroso recuerdo de aquella pestífera mortandad pasada ," y "funesta y digna de llanto para todos aquellos que la vivieron " lo cual obligo alos habitante sde la cuidad de florencia a dejar algunas costumbres de aquella època como :visitar parientes , hijos ,amigos ,e incluso el tener a un familiar muerto varios dìas velandolo y llorandolo por motivos de salubridad .
    Y debian cuidarse de no estar en contacto conun emfermo o con algo de su uso (pañuelo,ropa,cosa aquella que alla tocado).
    Estas personas al saber que tenian una muete segura , cumplian sus deseos sin ninguna verguenza ,pudos o temor "que a ninguna mujer por bella o gallarda o noble que fuese, si enfermaba, le importaba tener a su servicio a un hombre, como fuese, joven o no, ni mostrarle sin ninguna vergüenza todas las partes de su cuerpo no de otra manera que hubiese hecho a otra mujer, si se lo pedía la necesidad de su enfermedad" .
    todos se morian como moscas en calles ,casas , el baño ,etc.
    Creo que esto es suficiente como para comprender que esta peste fue una de las peores. Que reducio a habitantes de una cuidad sin permiso alguno.


    Estefania Yajaira Montañez Merino

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  4. Las frases son las siguientes:


    “La presente obra tendrá a vuestro juicio un principio penoso y triste, tal como es el doloroso recuerdo de aquella pestífera mortandad pasada, universalmente funesta y digna de llanto para todos aquellos que la vivieron o de otro modo supieron de ella.”

    “A quien salía sangre de la nariz le era manifiesto signo de muerte inevitable”

    “Casi todos antes del tercer día de la aparición de las señales antes dichas, quién antes, quién después, y la mayoría sin alguna Fiebre u otro accidente, morían.”

    “Y asombroso es escuchar lo que debo decir, que si por los ojos de muchos y por los míos propios no hubiese sido visto, apenas me atrevería a creerlo, y mucho menos a escribirlo por muy digna de fe que fuera la persona a quien lo hubiese oído. Digo que de tanta virulencia era la calidad de la pestilencia narrada que no solamente pasaba del hombre al hombre, sino lo que es mucho más: que las cosas que habían sido del hombre, no solamente lo contaminaban con la enfermedad sino que en brevísimo espacio lo mataban. De lo cual mis ojos, como he dicho hace poco, fueron entre otras cosas testigos un día porque, estando los despojos de un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes, un momento más tarde, tras algunas contorsiones y como si hubieran tomado veneno, ambos a dos cayeron muertos en tierra sobre los maltratados despojos.”

    “Casi todos se inclinaban a un remedio muy cruel como era esquivar y huir a los enfermos.”

    “Y en tan gran aflicción y miseria de nuestra ciudad, estaba la reverenda autoridad de las leyes, de las divinas como de las humanas, toda caída y deshecha por sus ministros y ejecutores que, como los otros hombres, estaban enfermos o muertos o se habían quedado tan carentes de servidores que no podían hacer oficio alguno; por lo cual le era lícito a todo el mundo hacer lo que le pluguiese.”

    “El aire impregnado todo del hedor de los cuerpos muertos y cargado y hediondo por la enfermedad y las medicinas.”

    “Era tanta en la ciudad la multitud de los que de día y de noche morían, que causaba estupor oírlo decir, cuanto más mirarlo.”

    “Muchos, si morían en sus casas, antes con el hedor corrompido de sus cuerpos que de otra manera, hacían sentir a los vecinos que estaban muertos; y entre éstos y los otros que por toda parte morían.”

    “No como hombres sino como bestias morían.”

    “A la gran multitud de muertos mostrada que a todas las iglesias, todos los días y casi todas las horas, era conducida, no bastando la tierra sagrada a las sepulturas, se hacían por los cementerios de las iglesias, después que todas las partes estaban llenas, fosas grandísimas en las que se ponían a centenares los que llegaban, y en aquellas estibas, como se ponen las mercancías en las naves en capas apretadas, con poca tierra se recubrían hasta que se llegaba a ras de suelo.”

    “¡Cuántos valerosos hombres, cuántas hermosas mujeres, cuántos jóvenes gallardos a quienes no otros que Galeno, Hipócrates o Escolapio hubiesen juzgado sanísimos, desayunaron con sus parientes, compañeros y amigos, y llegada la tarde cenaron con sus antepasados en el otro mundo!”

    Keli Doria 4° 4°

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  5. “ A quien salía sangre de la nariz le era manifiesto signo de muerte inevitable, sino que en su comienzo nacían a los varones y a las hembras semejantemente en las ingles o bajo las axilas, ciertas hinchazones que algunas crecían hasta el tamaño de una manzana y otras de un huevo".
    "Y para curar tal enfermedad no parecía que valiese ni aprovechase consejo de médico o virtud de medicina alguna; así, o porque la naturaleza del mal no lo sufriese o porque la ignorancia de quienes lo medicaban (de los cuales, más allá de los entendidos había proliferado grandísimamente el número tanto de hombres como de mujeres que nunca habían tenido ningún conocimiento de medicina) no supiese por qué era movido y por consiguiente no tomase el debido remedio, no solamente eran pocos los que curaban sino que casi todos antes del tercer día de la aparición de las señales antes dichas, quién antes, quién después, y la mayoría sin alguna fiebre u otro accidente, morían. Y esta pestilencia tuvo mayor fuerza porque de los que estaban enfermos de ella se abalanzaban sobre los sanos con quienes se comunicaban, no de otro modo que como hace el fuego sobre las cosas secas y engrasadas cuando se le avecinan mucho"
    "estando los despojos de un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes, un momento más tarde, tras algunas contorsiones y como si hubieran tomado veneno, ambos a dos cayeron muertos en tierra sobre los maltratados despojos"
    "Algunos eran de sentimientos más cruel es (como si por ventura fuese más seguro) diciendo que ninguna medicina era mejor ni tan buena contra la peste que huir de ella; y movidos por este argumento, no cuidando de nada sino de sí mismos, muchos hombres y mujeres abandonaron la propia ciudad, las propias casas, sus posesiones y sus parientes y sus cosas, y buscaron las ajenas, o al menos el campo, como si la ira de Dios no fuese a seguirles para castigar la iniquidad de los hombres con aquella peste y solamente fuese a oprimir a aquellos que se encontrasen dentro de los muros de su ciudad como avisando de que ninguna persona debía quedar en ella y ser llegada su última hora"
    "Tampoco fue un solo ataúd el que se llevó juntas a dos o tres personas; ni sucedió una vez sola sino que se habrían podido contar bastantes de los que la mujer y el marido, los dos o tres hermanos, o el padre y el hijo, o así sucesivamente, contuvieron. Y muchas veces sucedió que, andando dos curas con una cruz a por alguno, se pusieron tres o cuatro ataúdes, llevados por acarreadores, detrás de ella; y donde los curas creían tener un muerto para sepultar, tenían seis u ocho, o tal vez más"
    Qué más puede decirse, dejando el campo y volviendo a la ciudad, sino que tanta y tal fue la crueldad del cielo, y tal vez en parte la de los hombres, que entre la fuerza de la pestífera enfermedad y por ser muchos enfermos mal servidos o abandonados en su necesidad por el miedo que tenían los sanos, a más de cien mil criaturas humanas, entre marzo y el julio siguiente, se tiene por cierto que dentro de los muros de Florencia les fue arrebatada la vida, que tal vez antes del accidente mortífero no se habría estimado haber dentro tantas? ¡Oh cuántos grandes palacios, cuántas bellas casas, cuántas nobles moradas llenas por dentro de gentes, de señores y de damas, quedaron vacías hasta del menor infante! ¡Oh cuántos memorables linajes, cuántas amplísimas herencias, cuántas famosas riquezas se vieron quedar sin sucesor legítimo! ¡Cuántos valerosos hombres, cuántas hermosas mujeres, cuántos jóvenes gallardos a quienes no otros que Galeno, Hipócrates o Esculapio hubiesen juzgado sanísimos, desayunaron con sus parientes, compañeros y amigos, y llegada la tarde cenaron con sus antepasados en el otro mundo!
    Wendy Ortega 4°4°

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  6. Las frases ser horror:
    "Digo, pues, que ya habían años de la fructífera encarnación del hijo de Dios llegado al número de mil trescientos cuarenta y ocho a la egregia ciudad de Florencia, nobilísima entre todas las otras ciudades de Italia, llego la mortífera peste que o por obra de los cuerpos superiores o por nuestras acciones inicuas fue enviada sobre los mortales por la justa ira de Dios para nuestra corrección que había comenzado unos años antes en las partes orientales privándolas de gran cantidad de vivientes, y, continuándose sin descanso de un lugar en otro ,se había extendido miserablemente a occidente .”
    “De lo cual mis ojos, como he dicho hace poco, fueron entre otras cosas testigos un día porque, estando los despojos de un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados a la vía pública, y tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y tirasen de la mejilla primero con el hocico y luego con los dientes, un momento más tarde, tras algunas contorciones y como si hubiera tomado veneno, ambos a dos cayeron muertos en la tierra sobre los maltratados despojos.”
    “De tales cosas, y de bastante más semejantes a estas mayores, nacieron miedos diversos e imaginaciones en los que quedaban vivos, y casi todos se inclinaban a un remedio muy cruel como era esquivar y huir a los enfermos y a sus cosas; y, haciéndolo, cada uno creía que conseguía la salud para sí mismo.”
    “Y no digamos ya que un ciudadano esquivase al otro y que casi ningún vecino tuviese cuidado al otro, y que los parientes raras veces o nunca se visitasen, y de lejos: con tanto espanto había entrado esta tribulación en el pecho de los hombres y mujeres, que hermano abandonara al otro y el tío al sobrino y la hermana al hermano, y muchas veces la mujer a su marido , y lo que mayor cosa es y casi increíble, los padres y las madres a sus hijos, como si no fuesen suyos, evitaban visitar y atender.”
    romano rene 4° 4°

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  7. (De Daniel Alejandro López Braná 4º 5ª T.M. No pude hacerlo con mi cuenta de Google, raro)
    Para mí fue algo difícil esto debido a que no me transmitió horror, pero creo que podrían ser:

    * "Estando los despojos de un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes"

    * "Y muchas veces sucedió que, andando dos curas con una cruz a por alguno, se pusieron tres o cuatro ataúdes, llevados por acarreadores, detrás de ella; y donde los curas creían tener un muerto para sepultar, tenían seis u ocho, o tal vez más"

    * "Y casi todos se inclinaban a un remedio muy cruel como era esquivar y huir a los enfermos y a sus cosas; y, haciéndolo, cada uno creía que conseguía la salud para sí mismo”

    Ésta última terrible, por que veo que la peste no sólo tenía efecto físico sino social, dónde se había perdido la caridad o la voluntad de ayudar al desvalido por el bien propio...

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  8. •Y esta pestilencia tuvo mayor fuerza porque de los que estaban enfermos de ella se abalanzaban sobre los sanos con quienes se comunicaban.

    •sobreviene el consuelo o el dolor disminuye.

    •los pestilentes tiempos de la pasada mortandad.

    •llegó la mortífera peste que o por obra de los cuerpos superiores o por nuestras acciones inicuas fue enviada sobre los mortales por la justa ira de Dios.

    •hinchazones que algunas crecían hasta el tamaño de una manzana y otras de un huevo, y algunas más y algunas menos, que eran llamadas bubas por el pueblo.

    •comenzó la calidad de la dicha enfermedad a cambiarse en manchas negras o lívidas que aparecían a muchos en los brazos y por los muslos y en cualquier parte del cuerpo.

    •no parecía que valiese ni aprovechase consejo de médico o virtud de medicina alguna.

    •Y esta pestilencia tuvo mayor fuerza porque de los que estaban enfermos de ella se abalanzaban sobre los sanos con quienes se comunicaban.

    •De lo cual mis ojos, como he dicho hace poco, fueron entre otras cosas testigos un día porque, estando los despojos de un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública.

    •algunos que pensaban que vivir moderadamente y guardarse de todo lo superfluo .

    •también el tocar los paños o cualquier otra cosa que hubiera sido tocada o usada por aquellos enfermos, que parecía llevar consigo aquella tal enfermedad hasta el que tocaba.


    ESTAR DE MAS DECIR QUE HUBO MUCHOS MUERTOS A TRAVÉS DE LO SUCEDIDO DE ESTA ENFERMEDAD LA PESTE ,Y QUE CAUSA UN MAL Y ADEMAS LA PESTE SE EXPANDÍA Y ERA PELIGROSA PARA LA SOCIEDAD. Y QUE A MUCHOS LOS DEJABAN MORIR O MEJOR DICHO TIRADOS EN LA CALLES YA QUE NO SABÍAN DONDE LOS PODÍAN PONER DEBIDO AL AMONTONAMIENTO DE LOS CUERPOS MUERTOS .


    Nahir Macarena Solohaga 4º5 T.M

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  9. bueno profe soy maxi de 4º5
    las siguentes frases son las que me impactaron mas:

    donde a quien salía sangre de la nariz le era manifiesto signo de muerte inevitable, sino que en su comienzo nacían a los varones y a las hembras semejantemente en las ingles o bajo las axilas, ciertas hinchazones que algunas crecían hasta el tamaño de una manzana y otras de un huevo, y algunas más y algunas menos, que eran llamadas bubas por el pueblo.
    este párrafo me sorprendió, por que por solo salir sangre de la nariz se garantizaba la muerte, hoy , si esto se vería así, seria un caos enorme

    estando los despojos de un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y
    tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes, un momento más tarde, tras algunas contorsiones y como si hubieran tomado veneno, ambos a dos cayeron muertos en tierra sobre los maltratados despojos esta es otras de lo narrado que me impacto, de cerdos que devoraran a un muerto, de que los cadáveres estén en las veredas y ademas de que ni los animales se salvaban de esta mortífera peste

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  10. Hola profe soy Karen de 4ª5,perdone la tardanza.
    Bueno ,las frases que a mi parecer remancan lo sucedido ,son las que acontinuación citaré:
    - manchas negras o lívidas que aparecian a muchos en los brazos y por los muslos y en cualquier parte del cuerpo, a unos grandes y raras y a otras menudas y abundantes.
    - estando los despojos de un probe hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública,y tropezando con ellos dos puercos, y como su según costumbre agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes, un momento mas tarde,tras algunas contorsiones y como si hubieran tomado veneno,ambos dos cayeron muertos en tierra sobre los maltratados despojos.
    - casi todos se inclinaban a un remedio muy cruel como era esquivar y huir a los enfermos y a sus cosas;y,haciendolo,cada uno creia que conseguia la salud para si mismo.
    - otros inclinados ,a la opinion contraria, afirmaban que la medicina certisima para tanto mal era el beber mucho y el gozar y andar cantando de paseo y divertiendose y satisfacer el apetito con todo aquello que se pudiese,y reirse y burlarse de todo lo que sucediese.
    - era tanta en la ciudad la multitud de los que dia y de noche morian, que causaba estupor oirlo decir, cuanto mas mirarlo.
    - de la gente baja, y tal vez de la mediana, el espectáculo estaba lleno de mucha mayor miseria.
    -y bastantes acababan en la vía pública,de día o de noche.

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  11. Lidia Ramos 4°5ta:
    las frases son las siquientes:
    <"donde a quien salía sangre de la nariz le era manifiesto signo de muerte inevitable".
    <"nacían a los varones y a las hembras semejantemente en las ingles o bajo las axilas, ciertas hinchazones que algunas crecían hasta el tamaño de una manzana y otras de un huevo, y algunas más y algunas menos, que eran llamadas bubas por el pueblo"
    <"comenzó la calidad de la dicha enfermedad a cambiarse en manchas negras o lívidas que aparecían a muchos en los brazos y por los muslos y en cualquier parte del cuerpo, a unos grandes y raras y a otros menudas y abundantes"
    <"esta pestilencia tuvo mayor fuerza porque de los que estaban enfermos de ella se abalanzaban sobre los sanos con quienes se comunicaban"
    <"estando los despojos de un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y
    tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes, un momento más tarde, tras algunas contorsiones y como si hubieran tomado veneno, ambos a dos cayeron muertos en tierra sobre los maltratados despojos"
    <"era tanta en la ciudad la multitud de los que de día y de noche morían"
    <"Ellos, o por sí mismos o con ayuda de algunos acarreadores cuando podían tenerla, sacaban de sus casas los cuerpos de los ya finados y los ponían delante de sus puertas"
    Estas son las frases que pude remarcar.

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  12. -eran pocos los que curaban sino que casi todos antes del tercer día de la aparición de las señales antes dichas, quién antes, quién después, y la mayoría sin alguna fiebre u otro accidente, morían.
    -ninguna medicina era mejor ni tan buena contra la peste que huir de ella; y movidos
    -bastantes acababan en la vía pública, de día o de noche; y muchos, si morían en sus casas, antes con el hedor corrompido de sus cuerpos que de otra manera, hacían sentir a los vecinos que estaban muertos; y entre éstos y los otros que por toda parte morían, una muchedumbre.
    -, sin trabajo de médico ni ayuda de servidores, por las calles y por los collados y por las casas, de día o de noche indiferentemente, no como hombres sino como bestias morían.
    leslie lópez 4/5

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  13. INGRID CALDERON 4°5°
    Estas son las frase que pude rearcar y son las siguientes:

    *Un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y
    tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes, un momento más tarde, tras algunas contorsiones y como si hubieran tomado veneno, ambos a dos cayeron muertos en tierra sobre los maltratados despojos.
    *Casi todos se inclinaban a un remedio muy cruel como era esquivar y huir a los enfermos y a sus cosas; y, haciéndolo, cada uno creía que conseguía la salud para sí mismo.
    *Saliendo a pasear llevando en las manos flores, hierbas odoríferas o diversas clases de especias, que se llevaban a la nariz con frecuencia por estimar que era óptima cosa confortar el cerebro con tales olores contra el aire impregnado todo del hedor de los cuerpos muertos y cargado y hediondo por la enfermedad y las medicinas.
    *Y además, se siguió de ello la muerte de muchos que, por ventura, si hubieran sido ayudados se habrían salvado; de los que, entre el defecto de los necesarios servicios que los enfermos no podían tener y por la fuerza de la peste, era tanta en la ciudad la multitud de los que de día y de noche morían.

    ME GUSTO EL PROEMIO,PERO A LA VES NO.

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  14. Las frases que puedo sacar son las siguientes:

    _"a quien salía sangre de la nariz le era manifiesto signo de muerte inevitable, sino que en su comienzo nacían a los varones y a las hembras".

    _"semejantemente en las ingles o bajo las axilas, ciertas hinchazones que algunas crecían hasta el tamaño de una manzana y otras de un huevo, y algunas más y algunas menos, que eran llamadas bubas por el pueblo."

    _"comenzó la calidad de la dicha enfermedad
    a cambiarse en manchas negras o lívidas que aparecían a muchos en los brazos y
    por los muslos y en cualquier parte del cuerpo, a unos grandes y raras y a otros
    menudas y abundantes."

    "nacieron miedos diversos e
    imaginaciones en los que quedaban vivos, y casi todos se inclinaban a un remedio muy cruel como era esquivar y huir a los enfermos y a sus cosas; y, haciéndolo,cada uno creía que conseguía la salud para sí mismo."

    _"no solamente eran pocos los que curaban sino que casi todos antes del tercer día de la aparición de las señales antes dichas, quién antes, quién después, y la mayoría sin alguna fiebre u otro accidente, morían."

    Diana Quineche 4°5 T.M

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  15. hola profe soy keila, estas son las frases que pude sacar:
    -De las dichas parte del cuerpo,en poco tiempo de espacio de tiempo empezó la pestífera buba a extenderse a cualquiera de sus partes indiferente e inmediatamente comenzó la calidad d la dicha enfermedad a cambiarse en manchas negras o lívidas que aparecían a muchos en los brazos y por los muslos y en cualquier parte del cuerpo.
    -Y mas haya decir que no solamente hablar y el tratar con los enfermos o motivo de muerte común sino también el tocar los pañuelos o cualquier cosa que había sido tocado por aquellos enfermos que parecía llevar consigo aquella enfermedad hasta el que tocaba.
    -Era costumbre que las mujeres parientes y vecinos se reunían en la casa del muerto con sus parientes se reunían sus vecinos y muchos otros ciudadanos y según la calidad del muerto allí veía el clero y el en hombros de sus iguales con funeral pompa de cera y cantos a la iglesia elegida por el antes de la iglesia elegida por el antes dela muerte era llevado.
    -Diez o doce vecinos llevaban el cuerpo era una especie de sepultureros salidos de la gente baja que hacían llamar faquines y hacían este servio a sueldo poniéndose bajo el ataúd, lo llevaban detrás de cuatro o seis de ricos con pocas luces y a veces sin ninguna.
    -Moría gente en la vía publica de día y de noche y muchos en sus casas.
    -Susedio que andando dos curas con una cruz se pusieron o cuatro ataúdes llevados por acarreadores detrás de ello y donde los curas creían tener un muerto para sepultar tenían seis u ocho o tal vez mas .
    -Eran pocos los que curaban sino que casi todos antes del tercer día de la aparición de las señales antes dichas, quién antes, quién después, y la mayoría sin alguna fiebre u otro accidente, morían.

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  16. Hola Profe soy Luz de 4to 4 ta . Estas son las frases .

    • Llegó la mortífera peste que o por obra de los cuerpos superiores o por nuestras acciones inicuas fue enviada sobre los mortales por la justa ira de Dios.
    •Nacían a los varones y a las hembras semejantemente en las ingles o bajo las axilas, ciertas hinchazones que algunas crecían hasta el tamaño de una manzana y otras de un huevo.
    •Inmediatamente comenzó la calidad de la dicha enfermedad a cambiarse en manchas negras o lívidas.
    •No solamente el hablar y el tratar con los enfermos daba a los sanos enfermedad o motivo de muerte común, sino también el tocar los paños o cualquier otra cosa que hubiera sido tocada o usada por aquellos enfermos.
    •Estando los despojos de un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes, un momento más tarde, tras algunas contorsiones y como si hubieran tomado veneno, ambos a dos cayeron muertos en tierra sobre los maltratados despojos.
    •Un hermano abandonaba al otro y el tío al sobrino y la hermana al hermano, y muchas veces la mujer a su marido, y lo que mayor cosa es y casi increíble, los padres y las madres a los hijos.

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  17. Estas son las frases:

    · A quien salía sangre de la nariz le era manifiesto signo de muerte inevitable..

    · Casi todos antes del tercer día de la aparición de las señales antes dichas, quién antes, quién después, y la mayoría sin alguna Fiebre u otro accidente, morían.

    · Y bastantes acababan en la vía pública, de día o de noche; y muchos, si morían en sus casas, antes con el hedor corrompido de sus cuerpos que de otra manera, hacían sentir a los vecinos que estaban muertos; y entre éstos y los otros que por toda parte morían..

    · Casi todos se inclinaban a un remedio muy cruel como era esquivar y huir a los enfermos.

    · Comenzó la calidad de la dicha enfermedad a cambiarse en manchas negras o lívidas que aparecían a muchos en los brazos y por los muslos y en cualquier parte del cuerpo, a unos grandes y raras y a otros menudas y abundantes.

    ·Un pobre hombre muerto de tal enfermedad arrojados en la vía pública, y tropezando con ellos dos puercos, y como según su costumbre se agarrasen y le tirasen de las mejillas primero con el hocico y luego con los dientes, un momento más tarde, tras algunas contorsiones y como si hubieran tomado veneno, ambos a dos cayeron muertos en tierra sobre los maltratados despojos.

    Darya Korniyenko 4º4ª

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