VIVIR LA VIDA
Viendo un canal de música escuché la canción “Vivir la vida” y me hizo pensar que nosotros, los adolescentes, tenemos que disfrutar nuestra juventud mientras podamos, porque no sabemos cuándo nos iremos al otro mundo. La vida es una sola, nadie sabe cuándo ni cómo va a terminar, lo único que nos queda es disfrutar el presente porque, como dice Góngora, nos convertiremos “en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada”. Yo creo que en la adolescencia es cuando se puede disfrutar más, porque cuando somos niños son mamá y papá los que nos dicen lo que está bien y lo que está mal, y en la vejez el cuerpo ya no tiene el mismo vigor.
Los adolescentes tenemos que disfrutar la vida aprovechando cada hora, minuto y segundo haciendo todo lo que nos guste y dejando de lado todos los sentimientos que nos angustien. Les voy a contar una anécdota: cuando estaba en mi fiesta de egresados de séptimo grado, mis compañeros bailaban y gozaban de la fiesta, mientras yo estaba sentada en una silla por el miedo al qué dirán, pero una amiga me dijo: “disfrutá la fiesta porque te vas arrepentir”, entonces fui al baño, me mire al espejo y me dije “Jaquelin, vas a ir a bailar y disfrutar de la fiesta porque ya no vas a poder retroceder el tiempo”, y así lo hice.
Como dice el soneto XXIII de Garcilaso: “coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto, antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre”, aprovecha también la belleza de tu juventud antes de que el correr del tiempo cambie el color de tu pelo.
El carpe diem aspira a regocijarse de todo lo que tenemos en el ahora, sea la juventud, los placeres carnales o la belleza porque el futuro es incierto y la vida es breve. Para concluir este ensayo, hay una frase del poeta toledano Garcilaso que sintetiza el carpe diem: “atrapa y goza la vida, tranquila y serenamente, antes de que lleguen, como algo natural, la vejez y la muerte”.
Jaquelin Peñaranda Mora
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Carpe Diem y adolescencia, mala junta
Carpe Diem. Muchos conocen esta frase pero pocos saben su significado.
Carpe Diem es igual a vivir el momento con cero preocupaciones, hacer lo que
querés sin que nadie se meta. Es como el “YOLO” (You only live once – Sólo
vives una vez), que deriva y tiene la misma visión de la vida que el Carpe Diem.
Pero,
pienso… ¿Realmente estamos preparados para vivir el Carpe Diem? Mmm... Yo creo
que no, porque vivimos en una sociedad que no nos deja vivir del aire, por
ejemplo: si quiero vivir el momento, no voy a perder el tiempo en ir a la
escuela, pero sin embargo lo tengo que hacer, primero porque tengo 17 años y mis papás me van a pegar una patada ya
sabes dónde, y segundo necesito educarme para saber cómo manejarme. Otro
ejemplo sería ¿de qué voy a vivir o de dónde voy a comer? Del aire no creo,
puede ser que me la rebusque, pero vivir toda la vida así, no da… a menos que
sea multimillonaria.
Para
Horatio y Boudelaire era muy fácil vivir el momento. Tenían mucha plata y lo
único que hacían era escribir, si total ellos no vivían en la miseria como la
mayoría de la población.
La sociedad de ahora empieza a vivir su
momento más o menos a los veinte-treinta años ó cuando envejece. Obviamente que
tenemos nuestros momentos en la adolescencia, por ejemplo: cuando salimos a bailar, con amigos y hacemos cosas que
nos gustan. Entre los veinte y los treinta somos más libres, porque nos vamos a
independizar y vivir para nosotros mismos, si es que no tenemos hijos. Después
cuando seamos más grandes y cumplamos nuestros objetivos, que no nos permitían
vivir la vida como queríamos, vamos a disfrutar. Digo, cumplimos determinada
edad, criamos nuestros hijos y probablemente a nuestros nietos, trabajamos y
luego tenemos nuestra recompensa. No creo que vivamos la vida al máximo, pero
en esa etapa de la vida, la adultez, va a ser la más próxima.
Por este
motivo creo Horatio y los demás escritores están equivocados. Según ellos, la
mejor época es la adolescencia para poder disfrutar todo lo que queremos, pero
repito… en la adolescencia nadie puede disfrutar, bah, sí… pero no de la manera
en que estos señores lo plantean. A ver… la adolescencia es una etapa de
cambio, podemos salir divertirnos, pero también están nuestros papás, la
escuela, los hermosos cambios de humores (nótese el sarcasmo) y cosas que
muchas veces no nos dejan disfrutar del todo. Además por más que digamos “YO
VIVO EL MOMENTO, NO ME IMPORTA NADA, VIVO LA VIDA COMO QUIERO” siempre vamos a
estar pensado en cosas, que aunque sean insignificantes no nos van a dejar
disfrutar ó también nos podemos meter en problemas, porque de alguna manera, y
no sé por qué, asocio el Carpe Diem con excesos, y no de los sanos. En cambio,
en la adultez ya las vivimos todas, somos libres, tenemos en claro el bien y el
mal, y vamos a querer vivir lo que antes no y con más ganas.
Plata María Sol
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------
¿Vivir diariamente el “Carpe Diem”? Difícil…
Primero quiero
describir lo que sería para mí el Carpe Diem: es hacer eso que queres cuando lo
queres, en el lugar que queres, a la hora que queres. Aprovechar el día al máximo,
sin preocupaciones por el mañana. Por ende ¿no sería complicado?
Con esto me
refiero a que si fuera por mí, me la pasaría comiendo, saliendo, durmiendo y
divirtiéndome… Pero al mismo tiempo pienso, me imagino, que el presidente de la
fábrica de colchones en los cuales me la pasaría durmiendo, no quiere ir a
trabajar porque simplemente desea dormir más, salir a pasear, nadar, etc.
Igual, el problema no sería que faltase un solo día... El problema sería que dejara
de trabajar por querer cumplir esos deseos. Si eso pasara, ¿cómo haría yo, y
todas las personas que quieren o necesitan colchones, para poder dormir cómoda,
todo el día como yo quiero? En definitiva, hay que tener obligaciones. Así
también en el momento de poder vivir un poquito de “Carpe Diem” será más
disfrutado.
Por otra parte,
opino que tener tantas libertades aburre, todo lo contrario a lo que es el
Carpe Diem (aprovechar el día). ¿Cómo aprovechar el día con lo difícil que es
pensar en algo para “desaburrirte”?
Igual, vale
aclarar, que siendo adolescente como lo soy, es difícil que me aburra, por
ejemplo: no me gusta venir al colegio, me resuelta una rutina muy básica y fea
pero cuando no voy, me aburro, sola en mi casa. En cambio, cuando voy, me río
un montón con mis amigos y el día no se hace tan largo.
Estaría genial
poder vivir el Carpe Diem como lo vivían grandes poetas como Horatio (que fue
el “creador” de la frase “Carpe diem Quam minimum credula postero”) ya que el
mismo tenía la posibilidad de hacerlo, su vida era más tranquila que la que
tenemos hoy en día, con esta sociedad llena de obligaciones por cumplir…
En conclusión, que
difícil sería vivir diariamente el Carpe Diem.